Club Deportivo Caspe
 

Un compromiso con la historia local del fútbol en Caspe


Amigo, tienes en tus manos un libro importante.

Es importante por muchas cosas. Primero por ser historia local.

La historia local hace pueblo. Proporciona identidad de grupo, destila la verdad, ayuda a conocerse, aglutina voluntades, deja poso del paso del tiempo... Un pueblo no sólo es un lugar físico, sino un conjunto humano que tiene ante todo raíces comunes. La historia local profundiza en las raíces de todo tipo y aporta razones para amar al pueblo, para disfrutarlo y para defenderlo. Bienvenidos sean los historiadores locales, que a golpe de mucho esfuerzo y nada de recompensa, salvo la satisfacción personal, van acercando el municipio a sus gentes. Parece una paradoja acercar a quien ya está dentro, pero la investigación, la edición de lo investigado y la lectura de lo editado hacen que la gente se conozca mejor, broten atisbos de legítimo orgullo, y se consolide la necesidad de estar unidos y ser un ente de futuro, porque se tiene pasado.

Para un Presidente de Diputación Provincial es gran satisfacción ver cómo los pueblos de la provincia, animados por estos guerrilleros del saber como Vicente, se hacen fuertes en sus raíces de todo tipo. Nunca un árbol da buenos frutos si no tiene buenas raíces. Enhorabuena al autor, a cuantos han hecho posible esta magna edición y al pueblo de Caspe, que puede conocerse un poco mejor en un área tan participativa como el deporte, concretamente el fútbol. Es un libro del arte en los pies, escrito con cabeza.

En segundo lugar, creo que es importante por tratar de un tema siempre de actualidad desde el primer código del fútbol de 1846, cuando se escindió el juego con pies y manos (rugby) del que sólo utilizaría los pies, el fútbol. Desde que el 23 de octubre de 1863 se fundó la Football Association, la cosa no ha parado. En 1872 quedaron establecidas las dimensiones del campo que aún se conservan. En 1875 se ajustó la altura de la portería, que tenía el travesaño a 5,50 m sobre el suelo, y se dejó a los 2,44 m actuales. La primera liga propiamente dicha se jugó en Inglaterra en 1888, y cuatro años más tarde se colocaba red a las porterías, porque algunos goles no estaban claros. En España, en 1898, se fundó el Athletic de Bilbao y al año siguiente el C. F. Barcelona. En Europa el primer partido entre naciones se jugó entre Austria y Hungría en 1902. En el mundo, en 1904, nació la FIFA. ¿Pero qué ocurría en Caspe? ¿A los caspolinos interesan más estos datos o los que cuenta Vicente?

Es muy interesante, sobre todo para los aficionados al fútbol, entre los que me cuento, la historia del fútbol mundial, y recordar a Bobby Charlton, a Pelé, Di Stéfano o Zarra. Pero a todos nos interesa lo más próximo. Los zaragozanos con su Romareda, inaugurada en 1957, sueñan con los "cinco magníficos" de los años sesenta, y han incorporado a sus señas de identidad futbolística el gol de Marcelino en el partido de España contra la U.R.S.S. en tiempos difíciles de convivencia. El fútbol siempre ha procurado estar por encima de los momentos políticos internacionales, aunque sirva de bandera local. Al Madrid se le llamó, en otros tiempos, "equipo del gobierno", o el Barcelona sigue siendo "algo más que un club".

Sin embargo, para los caspolinos son todavía más interesantes los avatares de su club y de sus clubes, que han conocido días de gloria ganando al Alcañiz, y días de pesadumbre al clausurarles el campo por el fervor de la incontenida afición local. En Caspe se han experimentado curiosos sistemas administrativos, y se ha presumido de cantera. Cientos de nombres se relacionan aquí para la posteridad. Cientos de familias van a reafirmar su caspolinismo, aunque no les guste el fútbol. Cientos de fotografías dejan testimonio de un club camino de centenario.

En tercer lugar, y podía ser primero aunque sea el último, creo que este libro es importante por lo que significa de ejemplo. Ejemplo de bien hacer de su autor, y ejemplo de colaboración de tantas y tantas personas como han atendido la llamada de Vicente para facilitar un dato, una foto, una anécdota... Creo que este libro es un monumento bibliográfico, y no sólo por su considerable tamaño que justifica el nombre de "volumen". Es un volumen sobre todo para los caspolinos amantes del fútbol, pero creo que su importancia trasciende a los no caspolinos y a los no amantes del fútbol, en razón al ejemplo que transmite de fuerza local, de pueblo unido, de obra bien hecha. No debe ser casualidad que los balones de varios mundiales se hayan fabricado en Caspe. No es casualidad que la zona sea pródiga en instalaciones y abanderada del material deportivo en España.

Felicito a los caspolinos por este nuevo monumento. Me felicito por haber colaborado desde la Imprenta Provincial para la edición de este ejemplar, que es, además, un ejemplo.

José Ignacio Senao Gómez
Presidente de la Diputación de Zaragoza


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