Club Deportivo Caspe
 

Temporada 1940/41


Corta será la vida del Educación y Descanso. Juegan durante todo el año y aún comienza esta temporada, pero varios factores le abocan a la desaparición. En noviembre del 40 don Genaro Pallás Monserrat marcha a Zaragoza y el equipo pierde a su máximo valedor, además algunos de sus componentes son llamados a filas y no se produce el adecuado relevo. Don Joaquín Ráfales Camón, hermano de Antonio, uno de los jugadores, significa: "...se desarmó cuando unos cuantos van a la mili, ponen a otros pero el equipo se fue deshaciendo poco a poco...".

El miércoles 2 de abril de 1941 Manuel Marín firma en el "Amanecer": "El pasado domingo, día 30, el C.D. Caspe, filial del Educación y Descanso, juega en Maella invitado a las fiestas de la liberación. Tras larga temporada de descanso han reaparecido triunfando por uno a cero en partido amistoso invitados por el Maella. Juegan por el Caspe: García, Martín, Sevilla, Ferrandi, Suso, Moreno, Leoncio, Guzmán, Alastuey, Zaporta y Serrano. El gol lo consigue Leoncio". A la crónica del partido añadía un comentario que condicionaba el futuro del fútbol al logro de un nuevo campo más cercano a la población: "...los muchachos del C.D. Caspe, el de brillante historial deportivo, les sobran ánimos para continuarlo, lástima que propietarios incomprensivos se muestren tan cerrados sin ceder a las insinuaciones de Educación y Descanso para conseguir un campo cerca del pueblo y para lo cual no cejarán hasta conseguirlo, pues sus proposiciones no son, ni mucho menos, inadmisibles. La juventud quiere campo y aparte su esfuerzo, que todos pongan un granito de arena y se conseguirá".

Al mismo tiempo que esto sucede con los mayores, la siguiente generación va reconstruyendo parte de aquellos equipos que jugaban los campeonatos de peñas antes de la guerra. Se están gestando el Ebro y el Errante.

Por su parte, los chicos más jóvenes siguen manteniendo viva la llama de la afición y juegan sus "partidillos" en las eras o en las calles, con pelota o algo que se le parezca y con piedras o montones de ropa como porterías: "...hasta los árboles hacían de postes...", recuerda don Miguel Pina Cirac, cuando lo hacían en la plaza del Horno.


Texto Libro