Club Deportivo Caspe
 

Temporada 1971/72


Lo positivo y lo negativo se complementan, se repelen, pero se buscan, forman parte de un todo. Son causas perdidas sin victoria final. El Caspe, como si necesitara autoconvencerse de su vigor, bajará a los infiernos como punto de arranque a una energía salvadora. Pero, ¿por qué tolerar conscientemente tan desagradable paso? Si, como decíamos hace dos capítulos, el desacierto procede de un mal cambio, ¿cuál es la razón que contradice con los hechos la afirmación expuesta? La máxima no pierde por sí sola su cuota de veracidad. La fórmula anterior no queda agotada por falta de batería sino que falla la segunda parte del silogismo y es el cansancio quien adormece, jornada a jornada, rompiendo el trazo continuo.

Esta reflexión, que debía ser moraleja, en el penúltimo punto y aparte del presente resumen, la anteponemos en el tiempo para tratar de comprender y juzgar con generosidad la nefasta trayectoria que media entre septiembre del 71 y mayo del 72. ¿Será por una inobservancia calculada del autor al estar en sintonía con las pautas seguidas? Sin embargo, no existen causas objetivas capaces de desmantelar el camino emprendido y merecer distinto resultado con idénticos comportamientos. La plantilla es la misma... los rivales son los mismos... el campo es el mismo. El recambio de jugadores se hace con conocimiento... aparece una generación de futbolistas de alta graduación... el sistema cooperativista es mayoritariamente aceptado e impide agravios comparativos. Todo ello pierde su eficacia, los números son testarudos y el C.D. Caspe, irremediablemente, descenderá de categoría.

Éste será el fin de una etapa, la de José Franco Zaurín al frente del club dejando una incómoda herencia a su sucesor. Con él, y aunque prorrogará año y medio su agonía y ascenderá al equipo, también culminan las razones intrínsecas del ciclo de Mariano Gómez Callao como impulsor y mantenedor del fútbol en la localidad. Aun sin profundizar en dichas razones, sí podemos avanzar que la postrera decisión emprende rumbo en esta campaña y el propio interesado usará a los más jóvenes para demostrar y demostrarse la bondad de sus planteamientos. Sirvan pues éstas, únicamente, como pistas que enlazan el trasiego de la ruta por la que caminará la entidad, pero sigamos la cronología y aprendamos a resolver, paso a paso, el jeroglífico.

El 15 de agosto, festividad de la Asunción de la Virgen y día grande, junto al 16 (San Roque), de las Fiestas Patronales de verano, coinciden dos actos deportivos: la llegada de don Antonio Cortés Falcón y el partido-presentación del equipo de fútbol. El veterano ciclista de 65 años llega a Caspe a mediodía después de recorrer una particular vuelta a España de 2.500 kilómetros en quince etapas. Por la tarde, en el campo municipal de deportes, visita de la Agrupación de Veteranos del Zaragoza. El choque amistoso concluye con victoria local por seis a dos.

La citada victoria no crea adicción y para demostrarlo baste repasar la lista de resultados, ni siquiera la pertrechada afición tras las chapas que la identifican en la regional sirve de acicate. Las derrotas se suceden a sí mismas y las diferentes permutaciones de jugadores sólo lavan la cara. El primer punto no llega hasta la sexta jornada de Liga. Aquella semana de octubre se casan dos de los jugadores más carismáticos del equipo, Mariano Gómez y Javier Gracia; por tal motivo Ráfales viaja al frente de la expedición, eso sí, con la alineación en el bolsillo. Una vez más se cumple el tópico que concede la victoria al equipo que cambia de técnico, "pero en este caso empatamos porque las funciones del entrenador eran delegadas" -dice Manuel Ráfales Jarque con ironía.

Bromas aparte, se logra un punto fuera y al domingo siguiente un empate en casa, pero sólo es un espejismo, puesto que nuevamente llegan los desmanes. Hay que esperar hasta el último domingo del año para saborear la primera alegría en un Caspe-Almazán. El día de Reyes termina la primera vuelta con un nuevo marcador favorable, pero la presión de los once negativos es lo suficientemente agotadora como para no permitir levantar la cabeza. La última posición de la tabla, ocupada hasta ese momento, seguirá acompañando al equipo hasta el resto de la competición; únicamente las dos victorias finales, en mayo, frente a Casetas y Teruel, levantarán el farolillo rojo para adjudicárselo al Arenas. La segunda vuelta mejora algo los guarismos, trece por nueve puntos en el primer tramo del torneo, pero el cero en la casilla de dos puntos fuera de casa es un claro ejemplo de las decrépitas ilusiones azulinas. La temporada transcurre por el camino de la desesperanza y ello desestabiliza las relaciones entre los componentes de la plantilla. Los problemas se acrecientan y las discusiones, primero deportivas, degeneran en cruce de acusaciones personales, como las producidas en el regreso de Sabiñánigo, cuando Nicolás y los hermanos Gómez se enfrentan dialécticamente.

El técnico, primer damnificado en estos casos, soporta estoicamente las llamadas de atención que parten desde la grada y trata de encontrar una salida airosa. Todo es inútil. La reestructuración empieza por los más veteranos, pero al poco tiempo vuelven a la disciplina de la competición. Por otro lado, las directrices del club, fieles a la sempiterna postura de no contratar refuerzos foráneos que rompan el orden impuesto por la aplicación del sistema de puntos, no dejan muchas salidas que atajen la crisis; no obstante, prueban un militar para la portería y un escatronero para el medio campo. El guardameta, Escolano, sólo dura dos domingos, y el centrocampista, a pesar de sus muchas ganas, no es el jugador capaz de ordenar la parcela ancha.

Jesús Sánchez Martínez viene al Caspe "... por la amistad de mi padre con José Callao. Al principio me destinaron al segundo equipo, pero pronto di el salto". Sánchez no es un jugador técnico, no es un malabarista del balón, pero suple estas deficiencias con una capacidad de sacrificio inquebrantable que le reporta muchas simpatías entre los espectadores: "... recuerdo a la señora María, que me animaba continuamente y me decía que era como del pueblo. A veces me saludaban gentes a quienes no conocía de nada". Al término del Campeonato Sánchez obtiene el premio al pundonor, "no era gran cosa, pero me agradó mucho".

Agotada esta vía, se opta por el relevo de nombres: Berges, Villegas, Cortés... Joaquín Berges Amorós completa una buena campaña y aunque es un tanto criticado por sus detractores conquista el Trofeo al Máximo Goleador: "... con quienes mejor me compenetraba era con Sánchez y Diego". Por último, cuando el futuro se ve claro por la nula progresión ascendente, van entrando en las alineaciones los chavales del filial: Pallarés, Gómez Sebastián en la portería, Moliner, Peirá, Solán y Crespo.

Mariano Solán Vallespí debuta con 17 años en el Caspe-Teruel y juega la segunda parte de los dos últimos partidos: "... cobré 75 pesetas". Solán, que luego ocupará el medio-campo por sus innatas condiciones atléticas, empieza en la punta izquierda del ataque, "... Mariano cuando nos sacaba siempre nos ponía en la misma posición, extremo izquierdo, aunque no viéramos el balón con la zurda". Por su parte, Antonio Moliner Vaquero también debuta con 17 años y en el extremo izquierdo. Se estrena en el Caspe-Sabiñánigo, en Mequinenza recibe el bautismo de fuego y en Almazán ya es titular. "En el partido de Mequinenza me tocó un defensa derecho muy bruto, me dio un leñazo al comienzo del partido que pensé: ¡Esto no es para mí! Desde luego, había más fútbol que en Segunda Regional, pero las mismas patadas".

Patada no, ¡patadón! el que le dio Cortés a la pelota en Sabiñánigo, de tal suerte que impactó en un guardia civil y se lo llevaron detenido. Con el partido prácticamente concluido, el joven defensor caspolino despeja con fuerza un balón que le llegaba a sus dominios, instante que aprovecha el árbitro para pitar el final. Ambos conjuntos marchan a vestuarios y, una vez duchados, los visitantes emprenden el regreso. Ya en el autocar, se acerca una pareja de la benemérita buscando al jugador que había dejado inconsciente a uno de sus compañeros, bajo la amenaza de subir a por él si no salía voluntariamente. "Nos llevaron a Mariano y a mí al cuartel y después de tomada la pertinente declaración nos dejaron libres. Yo, la verdad, pasé un poco de miedo porque me impresionó ir detenido". Un sucedido que provocó, lejos del Serrablo, escenas cómicas recordando al joven delgaducho como: "¡El del balonazo al guardia civil en Sabiñánigo!"

Finalizada la temporada, se presume un replanteamiento íntegro de la sociedad. José Franco Zaurín entrega en la Asamblea de Socios el mando del club y el alcalde, Isidoro Ricart Peralta, ante la falta de candidatos, propone el nombre de Ceferino Cortés Villanueva, dos años directivo del Caspe. Un nuevo proyecto inicia su andadura con el encargo de luchar por un ascenso de categoría; para ello, el nominado presidente lidera un amplio gobierno de concentración que romperá con la filosofía aplicada en las últimas campañas.

En el mes de junio, Antonio Ramallets visita Caspe para asistir a la boda de su ahijada. Ceferino Cortés se entrevista con el renombrado guardameta y concierta la asistencia de los Veteranos del Barcelona como plato fuerte de los actos que glosen el Cincuentenario de la Fundación del C.D. Caspe.

En el mismo mes, don Antonio Cortés Falcón concluye la primera fase de su segunda vuelta a España. En esta ronda, el veterano ciclista caspolino quiere recorrer 7.092 kilómetros en 49 etapas, de los que lleva pedaleados casi 4.000. El 12 de junio emprende la segunda parte de su empeño, que le reportará el 25 de julio la satisfacción de haber cumplido su objetivo.

Mientras, el Caspe B sigue atento a sus propias necesidades, enrolado en Segunda Regional como puente de tránsito para aquellos jugadores con expectativas. Así, forman en el filial G. Sebastián, Tena, Serrano, Martín, Cortés, Pallarés, Anós, Bienvenido, Sánchez, Villegas, Catalán, Peirá, Solán, Repollés, Moliner, Aranda, Arto, Hernández I y II.

Los infantiles del Colegio Compromiso juegan una eliminatoria con los estudiantes de Alagón venciendo en ambos casos.

- Compromiso 3 (Jiménez, Rodríguez e Ibáñez) - Alagón 0.
- Alagón 0 - Compromiso 2 (Rodríguez e Ibáñez).

Intervienen: Ramón, Jiménez, Rodríguez, Poblador, Castillo, Gutiérrez, Ibáñez, Buisán, Casanova, Tomás, Sánchez, Ricote, Arpal y Fillola.


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