Club Deportivo Caspe
 

Temporada 1961/62


Una nueva temporada echa a andar, pero sus primeros pasos serán indeterminados, inseguros, no por la falta de experiencia, causa lógica y común de quien inicia su peregrinaje, sino afectados por la débil capacidad económica del caminante. El C.D. Caspe cerraba ejercicio con un importante déficit, balance negativo que le obliga a cambiar la plantilla. Esta variación, lejos de atender el ascenso de jugadores propios, recordemos la buena estructuración observada la campaña anterior, traerá consigo la sustitución, uno por uno, de los hombres que componen el once tipo. Nuevamente se va a confiar en recursos foráneos la suerte del equipo y ello reportará, por no pretendido, una deficiente campaña deportiva, obstruir el paso a los jóvenes valores y la antítesis de la solución financiera. El C.D. Caspe disputa promoción de descenso, que salvará manteniendo con ello la Tercera División; alinea a sólo cuatro jugadores de casa, los ya consagrados Javier y Pueyo, que retrasan su posición, el juvenil Burillo, a quien se le dio la confianza el año anterior, y Yagüe, único forastero que repite; económicamente, el déficit alcanza las 60.000 pesetas, renunciando la Junta Directiva obligada por las circunstancias y asumiendo el control una Gestora.

Lógicamente estas situaciones no se producen gratuitamente, e incluso sus causas no hay que buscarlas en los hombres que defienden este año los colores "azulina" del Caspe, son consecuencia de la huida hacia adelante que tan presto se ha venido a sumar el mundo del fútbol a lo largo de su historia, tanto en los equipos profesionales como en aquellos formados para ofertar un espectáculo quincenal donde su falta los hacía sobrevalorar por encima de las expectativas. El tiempo se ha empeñado en machacar una y otra vez que las dificultades se salvan habilitando ideas originales que no supongan un endeudamiento continuado del activo logrado en años de bonanza. Todo lo contrario han hecho las sociedades deportivas, confiando sólo en la cantera cuando la situación se hace insostenible y la quiebra toma visos de pura y dura realidad. Lejos de facilitar oportunidades racionalmente, es decir, poco a poco, escondiendo la falta de veteranía en el conjunto, se forma un conjunto con falta de veteranía. Por ello, la curva que representa la vida de los clubes muestra crestas y senos de forma tan continuada como profunda. El dirigente deportivo no es el "único animal que tropieza dos veces con la misma piedra", sino que "quiere derribar el muro a fuerza de traumatismos craneoencefálicos". Esta valoración no hay que circunscribirla a los hechos que sirven de apoyo al comentario ni a la entidad objeto del presente trabajo, puesto que es el sino donde confluyen las estructuras inventadas por el hombre y en las que se desenvuelve este bello deporte, convertido por mor del dinero en el clásico espectáculo de la tarde del domingo, insulto y puro incluido.

El 16 de julio de 1961 hay Junta General de Socios en el Salón de Actos del Ayuntamiento, presidida por el Primer Teniente de Alcalde, don Santiago Castellón Pi. De dicha reunión, tres puntos a resaltar:

- El Secretario, señor Herrero, da lectura al acta de la sesión anterior, que es aprobada.
- El Secretario Asesor, señor Besteiro, lee la memoria correspondiente a la temporada pasada.
- El Presidente, señor Repollés, informa del déficit acumulado, que se repartirá entre los asociados como ya sucediera la campaña anterior.

Así pues, el C.D. Caspe sigue presidido por cuarto año consecutivo por Florencio Repollés Julve, está domiciliado en la plaza de España, núm. 6, y ratifica la segunda temporada de Martín Castillo Oporto en el banquillo. La plantilla sufre una total revolución. Deja el equipo el portero Soto, que ficha por el Juventud de Mariano Gómez Callao, donde se encuentra a otro ex caspolino, Rangil, procedente del Alcañiz. También emigran el bloque defensivo al completo, Gallego-Laborda-Lorén, el centro-distribuidor Titín y los atacantes (interiores y puntas) Herrera, Mallor (ficha por el Arenas) y Arnillas. Por contra, el Caspe ficha a Rodríguez para la portería y Lino, Villagrasa, Isidro, Camín, Jiménez, Alegre, Miguel, Esteban, Delso, Benfill, Salvador... una larga lista que completan Javier, Pueyo, Burillo y Yagüe, únicos sobrevivientes de la temporada anterior.

La competición liguera comienza con tres derrotas consecutivas, dos de ellas frente a los equipos que acompañaran a los caspolinos en los momentos críticos para eludir la promoción. En los siguientes cuatro partidos consigue remontar posiciones al hacerse con seis de los ocho puntos en disputa, pero ello sólo sirve para acomodarse en una posición que le será muy conocida el resto de la Liga, a excepción de las jornadas previas para el final, cuando logre la mejor clasificación respaldado por los deméritos contrarios. En esta fase el equipo caspolino encaja la mayor goleada de la categoría en favor del Tarazona (9-2), sólo comparable con las tremendas palizas soportadas por el Delicias, farolillo rojo y que ve superada la barrera psicológica de los cien goles en este capítulo.

El C.D. Caspe, fiel a los cambios ya comentados, queda clasificado en décimotercera posición, con 25
-5, los mismos puntos que Huesca y Teruel, por lo que afronta la promoción. Afortunadamente para los caspolinos, la situación del Lapuyade, con pocos socios y sin campo, les clasifica directamente sin ni siquiera jugarse los partidos. Hasta llegar a esta extraña situación, abandono del Lapuyade, el Caspe ostenta unos datos elocuentes, pierde en casa nueve puntos y fuera no gana ningún encuentro, sacando sólo cuatro empates. En cuanto a los goles, es el segundo conjunto menos goleador, aunque no recibe tantas dianas como los equipos que circundan su lugar en la tabla.

Por contra, el peso del C.D. Caspe en las instancias federativas luce otro signo: Florencio Repollés, presidente de la entidad, obtiene un puesto en la Directiva de la Aragonesa. El 25 de septiembre de 1961 se realiza la votación para renovar el Comité Regional, saliendo Presidente don Eduardo Baeza Alegría y como vocal de su Junta don Florencio Repollés Julve. En el mes de diciembre Florencio, junto a Luis Cirugeda y Angel Agüeras, elaboran una ponencia sobre los problemas económicos de los clubes modestos de Tercera.

Finalizada la Liga se disputa la Copa de Primavera. Es un torneo dividido en dos fases, una primera compuesta por varios grupos, que clasifican al campeón para la siguiente. El conjunto caspolino queda incluido en el grupo primero, junto al Calvo Sotelo de Andorra, el líder, Alcañiz y Amistad. El Caspe cierra la tabla en cuarto lugar, con tan sólo un punto, puesto que la única victoria conseguida, en Andorra, le es arrebatada por alineación indebida. En todo caso, la clasificación es intrascendente, porque la Copa sirve para dar entrada a los chavales que no habían jugado oficialmente en toda la temporada.

Así, Manuel Ráfales Jarque recuerda que viaja a Alcañiz, donde pierden por dos a cero... "...éramos un montón de críos que jugábamos en torneos de peñas. Nos llevan Paco Blasco y Florencio Repollés". No lo asocia con el debut en el Caspe... "...pero seguramente es de los primeros partidos". Ráfales no es el único a quien dicha competición no le es ajena, José Luis Samper Borraz también hizo sus "pinitos" con el primer equipo... "jugábamos Quinito y yo. En estos partidos podían salir los juveniles. Recuerdo el día de Andorra, donde ganamos, porque metí el primer gol". No había habido Juvenil por causas económicas y sólo se había organizado un Campeonato de Adheridos dividido por zonas. La zona de Caspe estaba compuesta por Teide, Compromiso, Olímpicos, Veteranos, Juventud y Atlético.

El C.D. Caspe llega exhausto al verano, con un déficit de 60.000 pesetas, la dimisión de Florencio Repollés y la conversión en Gestora de la Junta Directiva. Hay trescientos socios que pagan de media veinte duros y Luis de Onofre abre una suscripción en "La Voz de Caspe" para rebajar el desfase crematístico.


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