Club Deportivo Caspe
 

Temporada 1979/80


El tercer partido de Liga marcará la temporada futbolística del Club Deportivo Caspe.

Todo parecía estar atado y bien atado. El equipo había conseguido el ascenso de categoría, tras un año en el exilio de la Primera Regional. La plantilla se había renovado, levemente, pero acudía con garantías al encuentro de la competición. La Directiva presumía haber encontrado el pulso y una cierta tranquilidad y confianza en sus opciones, sigue la cúpula dirigente por segundo año consecutivo. Se mantiene el incremento de socios experimentado doce meses antes. Se confirma en el banquillo al mismo entrenador. Es decir, todo exteriorizaba, aparentemente, que el rumbo no iba a cambiar y tras los dubitativos inicios, lógico al acceder a la nueva responsabilidad, no habría ningún susto que perturbara la paz perseguida. No será acertado el diagnóstico. Las estructuras del Caspe se tambalean como castillo de naipes ante el primer contratiempo serio que amenaza la estabilidad de la entidad. El tercer partido de Liga muestra tintes kafkianos y el club padece una crisis de identidad.

La Liga estrena su andadura en el Plano con la visita del Zuera y un empate a cuatro goles. El domingo siguiente el Caspe se desplaza a Fraga, donde pierde por tres a uno. Negativo comienzo que adopta su cresta el 16 de septiembre con la llegada del líder Almazán. Los sorianos se ponen cero a dos y los aficionados ya suman dos negativos más, pero Solán acorta distancias y Samper es objeto de una falta dentro del área. Los incondicionales caspolinos ven abrirse una puerta a la esperanza, puerta que no llega ni a entornarse puesto que el árbitro remata una tarde aciaga pasando por alto la máxima pena solicitada vehementemente. Los ánimos del respetable, que deja de serlo, van in crescendo su enfado y dos obcecados agreden al colegiado cuando intenta ganar el vestuario. El árbitro relaciona en el acta lo acontecido y el Comité de Competición sanciona al Caspe con el cierre del campo por tres partidos y multa de 25.000 pesetas.

Los acontecimientos se precipitan en cascada y el presidente Aurelio Clavería Gracia envía su dimisión al órgano federativo, "ante tal tropelía impune no lo dudé ni un momento, además, en el tumulto, la gente se encaró con los directivos acusándonos de insensibles, fue la gota que colmó el vaso". José Luis Roca, presidente de la Federación, manda una carta al Caspe para que reconsidere su actitud: "le pedí un careo con el árbitro y me respondió que era imposible porque menoscabaría la autoridad del juez proponiéndome rebajar la multa". Las posturas no se acercan y la Junta Directiva tiene, otra vez, que solventar su futuro.

Tras la solitaria dimisión de Aurelio Clavería, el resto de los directivos optan por reunirse en el Casino Principal para elegir nuevo presidente. "Votamos con papeletas y salió, primero Izquierdo y Villegas después", recuerda José Cubero Zabay. Angel Fillola Estopañán amplía los datos: "el secretario era Manuel Conte y la tesorería recayó en mi persona". Con la reorganización de la Junta el equipo parece entrar en una calma salvadora que evite interferencias exteriores. Luis Izquierdo Gordillo, director comercial de Adidas, acepta la cabeza de la sociedad y amplía la generosa ayuda que la multinacional presta al fútbol local. Esta temporada el club recibe 700.000 pesetas en material deportivo y toda la infraestructura administrativa y de representación, "aquel año... -pregona José Manuel Latre Reblet- ...vino gente famosa como Javier Clemente, el fondista Cerrada o el hijo de Kubala".

En el aspecto deportivo, las fechas venideras representan una prueba de fuego para el equipo. El cuarto partido es viaje a Utrillas, donde se pierde, y después hay que salvar el destierro, "nos topamos con tres negativos y el campo cerrado, todo un poema, relata el entrenador". Apelación rebaja la sanción a un partido que se lleva a Sástago y cae la primera victoria del Campeonato a costa del Jacetano, cuatro a cero, que parece simbolizar la llamada del Angel Salvador. No obstante, los sustos prosiguen, puesto que en el siguiente partido en casa, el Caspe recibe la visita del Alcañiz, choque clásico de máxima rivalidad que atrae de nuevo la sombra del desastre. El árbitro interpreta antideportividad de Berges y manda al delantero al vestuario, "afortunadamente la acción se saldó con muchos insultos pero sin mayores incidentes". Un respiro para tan complicado inicio de temporada que supone detener la espiral del infortunio, coaligado desde septiembre con el club caspolino.

Antonio Lacasta renueva por 250.000 pesetas y solicita tres fichajes que compensen la pérdida de Morata (Aragón y Sanz (Mili), "el filial nos cedió al portero Mené y más tarde firmamos a Lamarca, muy criticado al principio y reverenciado después". Mené recala en Caspe por 100.000 pesetas, Lamarca ficha por 115.000 y Ripollés, el tercer refuerzo, firma por 100.000 más 15.000 pesetas al Borja por la baja.

El C.D. Caspe mantiene el clásico 4-4-2, orgullo de su técnico, "era un sistema flexible de dos rombos con dos atacantes, Berges y Diego, que aplicábamos con variantes dependiendo de si jugábamos en casa o fuera". El método, suficientemente ensayado, no ocultaba su provecho, "marcamos muchos goles aunque los encajábamos con facilidad", estima Antonio Moliner Vaquero. Afirmación coincidente con las palabras de José Manuel Ferrero Dolader, que añade, "la categoría es fortísima, con buenos equipos y jugadores mucho más avezados en la competición que nosotros".

El C.D. Caspe, históricamente, ha dado cumplida respuesta a una de las posiciones claves de todo equipo de fútbol: el delantero centro. Baste repasar el trabajo escrito para anotar excelentes cualidades en los caspolinos que han optado a la citada plaza. Propiedad estable ahora con Samper convertido en el recambio demandado. Pero si el "cazagoles" ha brotado de forma innata, no ocurre lo mismo con su antagónico: el portero. El Caspe no ha gozado de guardametas locales que hayan sentado cátedra en un extenso período de tiempo, siendo una plaza con alto índice de refuerzos. Este año no es una excepción y la directiva ficha a Mené y más tarde a Iván Guridi, un vasco que sirve en Zaragoza y al que acompañan un nutrido grupo de militares muy proclives a difundir el bullicio en la grada del Plano. Carmelo Hernández Pueyo recuerda alguna tarde de goleada, cómo le coreaban: "y van... uno, y van... dos, y van... tres..."

Carmelo es un jugador que agrada a Lacasta, "sobresalía por su tremenda fuerza y un tiro espectacular", pero las lesiones le obligan a plantearse su marcha, "me diagnosticaron osteopatía de pubis y debía pasar por el quirófano para recuperarme totalmente". El médico confirma al jugador lo innecesario de la intervención para su vida normal y éste espacia su inclusión en el equipo evitando la llamada "ruta del frío": Sabiñánigo, Jacetano, Almazán, Teruel, Utrillas...

Quien sí abandona definitivamente la práctica deportiva es José Diego Bielsa. El delantero caspolino, "la Perla", cree llegado el momento de poner punto final a su dilatada carrera futbolística y aunque la ilusión permanece intacta su veteranía contrasta con la media general de la plantilla, sin embargo, apura sus dotes y conquista al "pichichi".

José Manuel Samper Mendoza también evidencia un colosal olfato de gol. Consigue su primer tanto con el Caspe en Sástago frente al Jacetano y termina la Liga con siete dianas. Los directivos Manuel Villegas y Angel Fillola le acompañan a una prueba con el Aragón y aunque causa una excelente impresión su pronta salida de Juvenil desaconseja el traspaso.

El Caspe, después de todos los sinsabores que sufre a principio de la Liga, reconduce su rumbo hasta finalizar el torneo de la regularidad con tan sólo dos negativos. Esto hace que el equipo mantenga la Preferente y que la memoria no guarde rencor a la temporada. Quien no goza de tal fortuna es el propio entrenador con varios frentes abiertos. Su trato con los veteranos es complicado y un directivo que no comulga con su comportamiento le familiariza con el cese, "Luis Izquierdo paró en cierta ocasión a la Directiva que pretendía darme puerta". Las luchas intestinas influyen en la labor técnica de Lacasta, pero también repercuten en su trabajo las tirantes relaciones entre el Caspe y el Compromiso, que sirven para identificar la nula participación de los componentes del segundo equipo en el primero.

El Compromiso es un club creado por sus propios jugadores exclusivamente para subsistir, de tal modo que en el Libro Social hay adscritos 130 nombres y las taquillas no sobrepasan las siete mil pesetas cuando los arbitrajes, por ejemplo, oscilan alrededor de las cinco mil. Aun así, la plana mayor de la entidad que cubre el segundo año de vigencia, herida en su amor propio, lleva su disparidad hasta términos insospechados, cambiando el equipamiento del color blanco (Adidas-Caspe) al rojo (Legar-Fabara) y construyendo una caseta-vestuario-almacén al margen de las edificadas. El Compromiso, deportivamente, logra la décima posición de la tabla y clasifica hasta octavos de final en el Campeonato de Aficionados Sub/23, eliminado por el Fraga. Joaquín Pueyo empieza la temporada en el banquillo (había sustituido a Mariano Gómez la campaña anterior) y deja su sitio a Tomás Jiménez por consenso entre todos los jugadores.

Mientras tanto, el Caspe termina su pesaroso caminar en propio campo frente al Calatayud. Los bilbilitanos necesitaban la victoria en lucha con el Utrillas para ascender de categoría. Los mineros juntaban 48 puntos y el Calatayud, 46 y el golaveraje particular a su favor, es decir, si vencía el Calatayud y perdía el Utrillas, eran los zaragozanos quienes brindaban. De empatar los turolenses, de nada valdría la victoria del Calatayud. Una mueca asoma en la cara de Antonio Lacasta, "mira... no hay partidos amañados. Cualquiera que presenciara el nuestro frente al Calatayud hubiera apostado por el arreglo: Ferrero metió un gol en su portería y Lamarca falló un penalty. Te puedo asegurar que el Calatayud no nos compró. Se puede tocar a uno o dos jugadores pero a todo el grupo... por descontado que no".

Era el primero de junio; cuatro días más tarde los socios del Club Deportivo Caspe están llamados a Junta general ordinaria en el salón del Ayuntamiento. Sobre el tapete planea nuevamente el futuro a corto plazo. En el segundo punto del orden del día se recoge: "Elección de nuevo presidente". Luis Izquierdo Gordillo, por motivos laborales, cambia de residencia y otra vez la vacante parece quemar en la Asamblea. ¿Quién dará el paso adelante?


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