Club Deportivo Caspe
 

Temporada 1954/55


Finalizábamos la temporada anterior resaltando un pequeño giro en la política deportiva del Club caspolino. Ésta no transmite con prontitud su influjo al terreno de juego, pero se irá incubando de forma latente en el seno de la entidad, allanando el camino para que al cabo de dos años, cuando el equipo ascienda a la Tercera División, vuelva a conferirse un status del que puedan jactarse sus incondicionales cuando recorran la regional.

Hay cambios en la cúpula dirigente del Club Deportivo Caspe, quedando formada por:
Presidente: Don Angel Vila Souto.
Vicepresidente: Don Manuel Callao Gavín.
Secretario: Don Manuel Jariod Fontoba.
Tesorero: Don Bautista Escuin Ricart.
Vocales: Don José Sanz Gómez, don Enrique Artal Grasa, don Emilio Romera Barrachina y don Antonio Fraguas Landa.

La sede social es sita en la calle Generalísimo, 23, teléfono número 12. A lo largo de la temporada contará el equipo con dos entrenadores: don Miguel Martín Mora y don Juan José Gárate, muy recordado por todos los encuestados que vivieron de cerca el deporte en aquellas fechas a pesar de su breve estancia entre nosotros.

En cuanto a las competiciones, en Tercera División se procede a su remodelación ampliando la categoría a 16 grupos, encomendándole a la Federación Aragonesa la responsabilidad del quinto, formado por: U.D. Huesca, C.D. Binéfar, Arenas S.D., U.D. Amistad, C.D. Celta, Utebo F.C., S.D. Montañanesa, C.D. Calatayud y C.D. Numancia. La Primera Regional, o Torneo Clasificatorio para la Tercera División, como lo denomina el ente federativo, ve reducido drásticamente el número de sus componentes, pasando a nueve inscritos. El Caspe va a seguir en el Campeonato la misma línea que años anteriores. Concluirá en octava posición de nueve equipos participantes. Comienza la pretemporada con un Caspe (reforzado)-Zaragoza, partido de fiestas, primer compromiso que da paso en el segundo domingo de septiembre a la dinámica competitiva con el torneo de la regularidad y Miguel Martín en el Banquillo. El principio de la Liga es esperanzador, se logran dos victorias seguidas y con ello la cabeza de la tabla, pero todo será un espejismo, los resultados no acompañan en los siguientes partidos y, como consecuencia, se pierde protagonismo clasificatorio. En el tercer partido debuta Javier, jugador incombustible que empieza aquí su larga trayectoria como futbolista.

La primera vuelta termina con una modestísima aportación del once caspolino ocupando el penúltimo lugar, que no abandonará en toda la Liga. Entonces, como ahora, parece consustancial al mundo del fútbol, se produce el relevo del entrenador accediendo al equipo un hombre joven, cuenta con 28 años, alto, jugador profesional del Atlétic de Bilbao, que abandona prematuramente la práctica activa del fútbol debido a una lesión. Como entrenador, procede del R. Unión y Huesca. Se instala en la ciudad con un doble objetivo: preparar al primer equipo y enseñar a los chavales que van despuntando. "Cobra dos mil pesetas y se abre una subscripción para sufragar los gastos de su ficha", dice don Manuel Jariod Fontoba, "Incluso el Ayuntamiento", prosigue don Manuel Gómez Callao, "le da una colocación para ayudar al Club a retenerle en la localidad".

Efectivamente, las directrices del nuevo entrenador parten en dos direcciones: Por un lado, sacar al equipo de la atonía en la que se encuentra; "El Noticiero" recoge a principios de diciembre "... ya se nota la dirección técnica del señor Gárate", pero se impone la cruda realidad; los marcadores no son satisfactorios y se produce un sucesivo distanciamiento entre los propósitos de la Junta y los resultados obtenidos, que abocan, dado su elevado coste, a romper la relación laboral entre las partes, dejando Gárate el Club y marchándose de Caspe. Por otro lado, hace una ingente labor en la formación de futbolistas, enseñando a todos aquellos muchachos inclinados hacia este deporte. Tiene tal fuerza su paso por la localidad que se le rinde una comida-homenaje el día de su despedida (25 de junio de 1955) en el Hotel Oriental y queda un recuerdo imborrable en todos aquellos que han trabajado bajo sus órdenes.

El Club Deportivo Caspe recibe al terminar la Liga el Premio de la Deportividad, Mención Honorífica y 500 pesetas. Tras esta competición se disputa el Campeonato de Aficionados y la Copa de Primavera. En el Torneo de Aficionados el Caspe queda encuadrado en el Grupo Segundo, junto a Escoriaza, Amistad y Mequinenza. Como quiera que el Escatrón se retira y hacen lo propio Numancia y Celta en el Primero, se produce un reagrupamiento disputando la liguilla cinco equipos procedentes de ambos grupos: Mequinenza, Amistad, Triasu, Casetas y Caspe. Una vez más, nos topamos con la falta de datos que ofrezcan un seguimiento puntual de las competiciones; tan sólo disponemos de la clasificación final en el Campeonato de Aficionados y nada de la Copa de Primavera. En cuanto a los torneos locales, según publica "El Noticiero", el 8 de diciembre de 1954, "... la Acción Católica gana al U.D. Errante y se proclama, una vez más, campeón del Torneo Juvenil Local".


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