Con estos datos no hace falta ser muy avispado para prever la trascendencia del choque. Seguro que así lo entienden ambas plantillas y preparan una semana muy intensa para llegar al día del partido con la lección bien aprendida.
Por el momento, las cifras son tozudas y requieren valentía para mirar hacia arriba e intentar salir cuanto antes de esas precarias posiciones. Cuestión más que suficiente para que los de casa, para que el «caspolinismo», arrope a sus jugadores con toda la amplitud de la que sean capaces.
En cuanto a los datos en sí, no difieren especialmente los de uno con los del otro. Si bien, hay que poner el foco en el cero a cero de la primera vuelta, o lo que es lo mismo, un golaveraje empatado, que a estas alturas del torneo también debe gozar de atención.
Los precedentes otorgan cierto favoritismo a los bajoaragoneses. Se han jugado ocho partidos entre ambos clubes en los Rosales, con cinco victorias caspolinas, dos belchitanas y un empate. La cuenta de goles también cae para los de casa, con doce frente a cinco.
El primer partido se disputó en la temporada 2001/02 con resultado de uno a cero (gol de Dani), y el último la temporada pasada con el mismo marcador (gol de Rotellar).